El dueño de un bar del centro se jactaba de haberla conocido a Raquel.
Contó que era una gorda gauchita del barrio, que la escabiaban y se la cogían todos.
No le creí.
Y ahora Cucho esta esta en una propaganda para recuperar el pelo
en la esquina de Acoyte y Rivadavia.
Supongo que Raquel puede estar tranquila.
Supongo que Raquel puede estar tranquila.
3 comments:
este blog volvióvestido de gala! Qué alegría!
yo trabajaba en esa esquina, en ese lugar. un horror.
flor tu historial de trabajos es de lo mas entretenido y eclectico
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